Full metal jacket, cara de guerra, como se nombró
en Latinoamérica es una película dirigida por Stanley Kubrick. Esta película la
vi a la edad de 14 años, en ese tiempo no logre comprender el mensaje que esta película
te ofrece. Fue hasta que la volví a ver el sábado. Y me di cuenta de todo lo
que esta película te enseña. Quiza no es
la clásica película donde un hombre es el héroe, pero sin duda hace que sientas
una cierta simpatía por el protagonista, aunque este sea un hijo de p**a. La
primera vez que la vi, no se me hizo una buena película, ya que no es como una película
de guerra normal, no se enfoca en mostrar batallas interminables en las que los
norte-americanos son los héroes y los más chéveres o buena onda. ¡No! Stanley
Kubrick quiere que observemos que la guerra
es un infierno para los soldados, pero no solo el infierno de estar ahí en
batalla, si no antes de siquiera de dejar el país, en infierno del
entrenamiento, donde se somete a los militares a una presión incesante que
muchas veces terminan con la salud mental de los mismos soldados.
Nos damos cuenta de que los
militares tienen batallas no solo físicas,
si no mentales, donde tratan de guardar la cordura, pero cuando siente la
adrenalina de matar a otra persona, tienen un shock mental que los hace muchas
veces olvidar todos sus ideales morales y convertirse en verdaderos asesinos
sin piedad. Es por eso que después de 6 años me doy cuenta de todo el contenido
y mensaje que deja esta película.
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